La única manera de saber si una cordaje de squash es adecuada para ti es jugar algunos partidos con ella. Encordar con frecuencia y probar las cordajes diferentes hasta que encuentras la que más te convenga.
En general, las cuerdas más finas son más potentes pero menos duraderas que las de espesor grueso. Es muy simple – cordaje de squash más fina es más elastica y por eso se estira más en el impacto con la pelota. En el momento cuando se recupera de estiramiento, se tira la pelota hacia adelante: Cuando hay más tramo, la pelota sale con una potencia mayor.
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Hay dos causas principales por que la cordaje se rompe. La primera es “entallar”. Durante un partido, las cuerdas cruzadas (las más cortas, cuerdas “horizontales”) se golpean cientos de veces contra las cuerdas principales (las más largas, cuerdas “verticales”). Esos movimientos repetidos hacen cortes en los lugares donde se cruzan las cuerdas, y finalmente una de las muescas se hace tan profunda que la cordaje se rompe. (Casi siempre es la vertical que se rompe primera.)
La segunda causa principal de rotura es sobreestiramiento, o fallo de tracción. Mientras que entallado ocurre de manera gradual, el fallo de tracción es repentino y catastrófico. Sobreestiramiento ocurre con más frecuencia en los golpes mal jugados, cuando el contacto de la bola y encordado ocurre cerca del marco de la raqueta. La cuerda quiere estirar igualmente a ambos lados de la bola, pero en esta situación es posiblle para un lado solo. Cuando el cordaje de squash se extiende fuera de su límite elástico, se rompe.
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Obviamente, las cordajes más gruesas son más resistentes a la rotura que las más delgadas. Pero debido a que las cordajes gruesas suelen ser menos potentes, cada jugador debe decidir por él o ella misma qué factor es más importante.
“Tunea” su raqueta para adaptarla a su estilo de juego ajustando la tensión del cordaje. Si no te gusta el rendimiento de su raqueta, no piense en comprar una nueva hasta que haya experimentado con cambios en la selección de cuerdas y la tensión.
Las ecuaciones básicas son las siguientes:
Una tensión más alta = más control
Baja tensión = más poder
Los cordajes de baja tensión se extienden más cuando entran en contacto con la pelota, y luego rápidamente regrese bruscamente en a su longitud inicial. Este “efecto trampolín” (también conocida como resiliencia, o de rebote) añade potencia al golpe. Si la raqueta se encuerda a una tensión más alta, hay menos trecho que queda en la cordaje para proporcionar energía. Por otro lado, la cordaje más tensa esta más chata, por lo que es más fácil de controlar la dirección de la bola.